El Limonero

¿Y tú cómo estás?… Cuando dirigir es cuidarte tú también

Decenas de juntas en la semana... ¡a qué hora podré avanzar en los pendientes! ¡Necesitamos acelerar…! Uf... estos cambios nos mueven mucho de lo que habíamos planeado. ¿Qué es lo que vendrá ahora? Si tuviera los recursos... otra cosa sería... Cómo gestionaremos el retraso en el plan... Sí. Estas y muchas otras situaciones están revoloteando constantemente en las mentes de figuras directivas como tú.
Decenas de juntas en la semana... ¡a qué hora podré avanzar en los pendientes! ¡Necesitamos acelerar…! Uf... estos cambios nos mueven mucho de lo que habíamos planeado. ¿Qué es lo que vendrá ahora? Si tuviera los recursos... otra cosa sería... Cómo gestionaremos el retraso en el plan... Sí. Estas y muchas otras situaciones están revoloteando constantemente en las mentes de figuras directivas como tú.

El fenómeno es común y es hasta cierto punto aceptado por ser el tipo de preocupaciones que se viven en los roles que están a cargo de las organizaciones. También está entendido que muchas decisiones y acciones se tendrán que tomar de manera inmediata, pero cuando reflexionamos sobre la forma en que determinamos el accionar pronto y a futuro de nuestros equipos de trabajo, podemos ver que muchas de estas indicaciones parten de estados mentales y emocionales algo inapropiados, o no tan buenos; es de decir que surgen de momentos en los que nuestro estado personal no es el mejor y que si tuviéramos la posibilidad de modificar el momento o situación para tomar la decisión, lo haríamos sin dudarlo.

El hecho es que en muchos momentos en nuestro trabajo, tomamos decisiones desde estados como la prisa, la presión, la preocupación, el temor o incluso el desconocimiento. A veces incluso las situaciones están inmersas en estados que combinan estas condiciones emocionales y mentales. Si lo vemos de manera muy objetiva, esas no son las mejores condiciones para decidir cosas que impactarán en el trabajo de una Organización, y que podrían ser las bases del futuro mismo de esta. Estamos seguros que las condiciones tendrían que ser otras, pero ¿cómo lograrlo? ¿Es esto posible?

Pues la respuesta es muy estimulante, ya que sí es posible modificar la forma en que abordamos estas decisiones como directivos de las organizaciones. En una frase memorable Jorge Bucay decía: “No soy responsable de lo que siento, pero sí lo soy de lo que hago con lo que siento”. Esta frase puede abrirnos camino en esta oportunidad de gestionar mejor nuestra condición emocional y mental ante las decisiones directivas, al partir de una base que plantea que el mundo es volátil, incierto, paradójico y está entrelazado; motivos suficientes para pensar en que los desafíos estarán ahí y que las condiciones de desconcierto y de ambigüedad o urgencia, siempre estarán a la vuelta de la esquina.

Si bien esto no cambia las cosas, lo que sí permite es marcar la línea que separa lo que no podremos modificar del todo, con lo que sí podremos gestionar por nuestra cuenta para poder tener una mejor llegada a los desafíos. El punto es pensar… ¿Todo tiene realmente qué transcurrir en la prisa?, ¿Puedo pasar de trabajar bajo presión a centrarme en el trabajo por prioridad, abordado con más orden?, ¿Podría encontrar un antídoto para la preocupación y la ansiedad?, ¿Sería posible reinterpretar los temores para gestionarlos mejor?, ¿Qué pasaría si busco tener más información sobre algunos temas que hoy son clave para nuestra Organización? Retomando la frase, podríamos pensar que si bien no controlamos nuestro entorno, sí podemos reflexionar en la manera en que responderemos a él.

Las mejores respuestas a estas preguntas, es decir, las respuestas que nos permitirán ir hacia adelante de mejor manera, dejan de lado la resignación que nos llevaría a pensar que pocas posturas mentales o emocionales podrían cambiar, y se sitúan en el lado que nos lleva a aceptar que podemos hacer algo para mejorar estas condiciones, y que eso está en nuestra persona como líderes y responsables de las organizaciones que dirigimos. Es aquí, cuando nuestro trabajo como personas que dirigen y lideran empresas, pero que también somos humanas, sentimos, somos vulnerables, tenemos dudas y que necesitamos más herramientas toma un especial sentido.

En Lemon tree pensamos que tanto las organizaciones como las personas que las integran, tienen de manera natural dos grandes componentes, que dan motivo al concepto SoftEngine: el primero, corresponde a la parte humana, emocional y de propósitos; el segundo se relaciona con la ejecución, las herramientas, con los objetivos y las metas. Creemos que estos dos elementos siempre están ahí, juntos, pero que hay que desarrollarlos, y que especialmente en este caso, los roles directivos tienen mucho qué fortalecer en su elemento soft, con la ventaja de que al hacerlo, la forma en que se atenderá a los retos de la Organización en su entorno, serán mucho mejor gestionados, por ser resueltos desde personas más integrales, más fuertes desde dentro, y más satisfechas y en capacidad de aportar más para sí y para el equipo que lideran.

Como dijimos, no será tan fácil controlar los aspectos que vienen de fuera de nuestra persona… pero sí podemos hacer que sean abordados con NUESTRA PERSONA más preparada, mejor dispuesta para gestionar los desafíos. Lo importante es como siempre, concentrarnos en aquello que realmente nos permita consolidar cada vez más, los atributos humanos que al estar sumados, nos ayuden a dar la mejor versión de cada uno de nosotros. 

La concentración en 5 factores a desarrollar, es parte de la recomendación que surge de esta idea: no tienes porqué abordar los desafíos directivos solo desde tu esfuerzo, intuición y talento… puedes también conformar una persona más desarrollada para que los atributos que te hacen fuerte hoy, brillen todavía más, sin deteriorar tu condición personal, emocional y mental.

Estos son 5 aspectos que tiene mucho sentido que desarrolles:

  • Lograr un mayor grado de gestión emocional que te permita interpretar mejor las situaciones, se logrará si trabajas en potenciar los factores que alimentan la serenidad.
  • Desarrollar soluciones ante lo que ofrecía pocas alternativas, haciendo que surjan posibilidades, se dará si trabajas aún más tu creatividad ante problemas y para la gestión emocional.
  • Tener conocimientos más amplios y bien enfocados sobre los factores que están relacionados con las medidas de solución a los desafíos, será un atributo que potenciara tu capacidad panorámica de las cosas.
  • Dibujar, narrar, explicar y por supuesto persuadir, es algo que ayudará a que lo que pase por tu mente, sea transferido de la mejor manera a tu equipo de trabajo. La claridad en la gestión y expresión de ideas es un atributo clave a desarrollar para que fluyas tú y tu equipo.
  • Recordar constantemente tu vocación, trabajar con afecto y dedicación en lo que haces, entendiendo el valor de disfrutar tu actividad directiva y lo que aportas al equipo, es algo que hará más manejable un desafío.

Como puedes ver, estas 5 palabras plantean el abordaje de retos y desafíos de un mundo cambiante, desde el interior de una persona que como tú, podrá accionar desde la serenidad, con creatividad, siempre con un panorama a la vista, con claridad de las ideas y acciones y que disfruta y contagia ese gusto por lo que hace.

Probablemente encuentres esos mismos atributos en capitanes de barcos, en pilotos aviadores, en líderes de expediciones y en personas que admiras y que como tú, son apreciadas y reconocidas por los demás.

Algunas de estas personas tienen características de personalidad innatas, y otras desarrollan estas competencias soft, por lo que realmente lograrlo dependerá más de que lo desees y de que en su caso, acciones y pidas ayuda. En Lemon tree sabemos que estas competencias se pueden trabajar, se pueden desarrollar y sin duda te ayudarán a abordar los retos de mejor manera. También tenemos muy claro que nadie se “gradúa” en esto, y que habrá fluctuaciones propias de nuestra condición humana, sumado a que hay dimensiones variadas de retos y que algunas veces no estaremos del todo listos para algunos de ellos. Pero también estamos seguros de que mientras más herramientas y habilidades aprendidas tengas, estarás mejor preparado para la mayoría de los desafíos.  

Esto es lo que puede invitarnos a hacer de estas 5 competencias, un tema de cuidado permanente y de trabajo personal constante, que sin duda te llevará a gestionar mejor tu rol, a aportar más a tus colaboradores, a lograr mejores resultados aún en un mundo complejo, y a disfrutar más de tu propia vida, que al final es lo más importante.

BY LEMON TREE