El Limonero

Texto NO escrito por Inteligencia Artificial, pero sí por personas que la aprovecharemos y que le daremos el valioso toque humano a nuestras organizaciones

Este 2023, gran parte de la humanidad finalmente nos encontramos cara a cara con uno de los temas que hasta ahora había sido reservado para un pequeño grupo de especialistas en el mundo, investigadores e incluso para quienes gustamos de la ciencia ficción. Sí, hablamos de la Inteligencia Artificial (IA) aplicada; fenómeno tecnológico que pese a que está aún mostrando sus primeros alcances, ha tocado muchos planos de la vida de las personas y que por un lado nos ha maravillado, pero que por otro, ha dejado algo preocupados a varios.
Este 2023, gran parte de la humanidad finalmente nos encontramos cara a cara con uno de los temas que hasta ahora había sido reservado para un pequeño grupo de especialistas en el mundo, investigadores e incluso para quienes gustamos de la ciencia ficción. Sí, hablamos de la Inteligencia Artificial (IA) aplicada; fenómeno tecnológico que pese a que está aún mostrando sus primeros alcances, ha tocado muchos planos de la vida de las personas y que por un lado nos ha maravillado, pero que por otro, ha dejado algo preocupados a varios.

La realidad es que no es para menos; los panoramas de mejora en nuestras vidas a partir del uso de la IA de manera más amplia, proponen desarrollos en prácticamente todos los planos sociales, laborales, profesionales y de entretenimiento, como no se había visto antes. 

Sin embargo ese gran cambio también traza diferencias en el paisaje y en el fondo de las cosas en lo que respecta a la ocupación de las personas. Hasta ahora muchas profesiones y actividades en el plano laboral habían sido atendidas por personas que sabían hacer las cosas, podían tomar decisiones en su campo y tenían la experiencia para desarrollar incluso mejoras en el tiempo. 

Esto hacía que las personas que mejor dominaban sus tareas y que tenían la experiencia para resolver situaciones en ellas, fueran altamente apreciadas; sin embargo a la llegada de la IA a esos mismos campos de trabajo, todo vivirá un cambio importante. Las tareas sistémicas que realizaban las personas, las podrá hacer un algoritmo con la tecnología apropiada; pero también tendrá la capacidad de tomar decisiones con base en reglas, y de encontrar eficiencias mediante el aprendizaje de la máquina, para finalmente con ello, sustituir a esas personas que antes eran necesarias, por programas y herramientas tecnológicas que resultan más productivas y rentables. 

El tema es que estos escenarios que se veían especialmente en la industria, ahora están llegando a los procesos administrativos, organizativos y especializados en nuestras oficinas; procesos en los que los algoritmos echan mano del conocimiento que hay en una infinidad de bases de datos en la red, para encontrar con base en reglas de aprendizaje y de conexión de información, las respuestas a tareas que hasta ahora venían haciendo programadores, contadores, abogados, arquitectos, diseñadores, ingenieros y un largo etcétera de roles especializados en tareas técnicas.

Ante esta inminente llegada de la IA a nuestros territorios, nos surgen preguntas que giran en torno de qué es lo que tenemos que hacer como directivos en nuestras organizaciones… 

Visto así, la duda no es menor, ya que se basa en la preocupación fundada en el desconocimiento sobre lo que nos “quitará” la IA, y los campos de empleo que perderemos. 

Esta preocupación se alimenta cuando vemos que la tecnología avanza muy rápido y que a decir verdad, no podremos ir a su ritmo, ya que como personas y como sociedades no evolucionamos a esa velocidad. El hecho es que nos cuesta mucho trabajo cambiar de paradigmas y aún más, de comportamientos; además, la mayoría de los directivos está tomando pocas medidas formales y estratégicas a fin de prepararse para vivir en ese mundo diferente. Lo más crítico es que en el remolino mental y tecnológico estamos perdiendo de vista que los seres humanos somos insustituibles… sí, lo somos y eso es lo que podemos aprovechar ahora.

La clave está en que como directivos, armonicemos el mundo tecnológico, con el mundo de las personas, de los seres humanos. Podemos verlo así… tenemos que ubicar cuáles son las tareas específicas en las que las personas somos sustituibles; pero también es fundamental identificar qué aportes humanos son irremplazables y valiosos para nuestra Organización.

Si hablamos de las tareas específicas sustituibles, piensa en lo que es repetitivo, en las actividades que se hacen de manera constante con un mecanismo habitual; piensa en las que pueden programarse y que son esencialmente estructuradas. Esas, velas llevando al mundo de la IA. Hacerlo traerá beneficios en torno a la velocidad, la precisión, el mejor uso de los elementos de data, la productividad y la efectividad con alta calidad.

En el otro caso, cuando hablamos de aportes humanos piensa en aquello que las personas podemos hacer muy bien – y que hay que desarrollar ahora más que nunca – y que se observa en los planos de nuestra capacidad analítica, de la ética, del pensamiento crítico, de la intuición, del humanismo y la bondad, así como en lo relacionado a la gestión de vínculos. 

Los atributos de aporte humano son fundamentales porque no todo se resolverá con la inteligencia relacional de datos, racional y matemática… no. Requeriremos integrar la inteligencia emocional y otros elementos que están fuera de la red. Hablamos de la forma en que los seres humanos tomamos elementos del mundo orgánico fuera de las redes y de las bases de datos para pensar, decidir y accionar a partir de reflexiones, creatividad, inspiración, anhelos, vínculos, empatía y de la experiencia humana personal que da forma a nuestra personalidad rica, única e insustituible.

En Lemon tree pensamos que prepararnos para esta integración, que es parte de nuestra filosofía SoftEngine, nos llevará a consolidar mecanismos poderosos y de actualidad, para consolidarnos como directivos capaces de gestionar los algoritmos en el mismo mundo de los seres humanos, de tal forma que las tecnologías y las personas, sean los artistas creadores de soluciones y experiencias para clientes y colaboradores, al aprovechar al máximo el Pensamiento Estratégico y el Liderazgo Orgánico como herramientas que impulsen un entorno de alta tecnología y de alta humanización en la empresa, capaces de aprovechar los atributos humanos para lograr los resultados del negocio.  La idea es ir avanzando tecnológicamente, pero también en la capacidad de llevar a las personas a aportar más en torno a su:

  • Imaginación.
  • Calidez en la comunicación persona a persona.
  • Capacidad de disfrute de lo que hace.
  • Disponibilidad de tiempo para pensar.
  • Capacidad de gestionar sus propósitos, sin vivir esclavo del día a día. 
  • Intensión. En el entendido de que las personas tienen un sentido de lo que anhelan, a diferencia de la tecnología que entiende de reglas y de lógica.

Es un hecho el que los cambios en las actividades humanas siempre ha sido parte de la evolución misma. Las máquinas de vapor, la electricidad, las computadoras, los sistemas de control, y otras herramientas humanas siempre han traído modificaciones a las formas de participar de las personas en su entorno y en las empresas en el tiempo, y esta no es la excepción. 

Es momento de ajustar nuestra forma de participar en las empresas y en la sociedad, y para ello tendremos que hacer reflexiones profundas y prontas acerca de qué es lo que debemos fortalecer ahora en nuestros talentos y competencias humanas, en el entendido de que otras cosas que nos tomaban gran parte de nuestro esfuerzo irán pasando a otras manos (o diríamos… a otros chips…).

Una idea motor que ayudará a contemplar mejor lo que tendremos que hacer para alienarnos a la nueva realidad puede ser una pregunta clave: ¿para qué usaremos el tiempo que nos liberará como personas y sociedades la IA? ¿Qué haremos con ese tiempo?

Pensar en lo que como personas y seres humanos queremos, es ahora más importante que nada. No hemos resuelto qué queremos de nosotros y es importante trabajar en ello, porque aún en el mundo de la IA y de la tecnología, la ética, el para qué, y el conocimiento profundo de desde dónde hacemos las cosas, son definiciones y respuestas que nos quedan a nosotros los seres humanos. Al avanzar en ello, también traeremos grandes sorpresas a nuestras organizaciones.

LEMON TREE