El Limonero

El regreso del casete y lo que tu Organización puede aprender de él…

Muchos recordamos el casete -o cassette de acuerdo a la grafía francesa e inglesa-. ¿Tú no? Pues era una caja de plástico que cabía en la palma de tu mano, que albergaba rodillos de cinta magnética en la que se registraban las grabaciones de música en los años 80 y 90.
Muchos recordamos el casete -o cassette de acuerdo a la grafía francesa e inglesa-. ¿Tú no? Pues era una caja de plástico que cabía en la palma de tu mano, que albergaba rodillos de cinta magnética en la que se registraban las grabaciones de música en los años 80 y 90.

Este dispositivo fue luego dejado a la historia, pero ha retomado lugar en la escena vintage y con ello en el uso de este formato de audio, que levanta más de un suspiro de nostalgia en quienes lo disfrutamos -y padecimos cuando se enredaba la cinta en el aparato reproductor-

El hecho es que ahora podemos volver a escucharlo y disfrutar de una de sus características apreciables por todos: se podía regrabar en ellos. Esto era útil si el pase de moda de una canción o la relevancia de otra te llevaba a decidir reaprovechar el recurso para dar lugar a algo nuevo.

Recordar esa capacidad que tienen los casetes para poder ser regrabados puede que nos sirva más de lo que imaginamos incluso en nuestras empresas… ahora que vivimos en un mundo dinámico, cambiante, incierto, volátil, impredecible y paradójico, en el que nos resultaría muy útil poder regrabar nuestro conocimiento, nuestras aptitudes, con las que se requieran ahora y en adelante en nuestras organizaciones.

Visto desde el plano empresarial, podemos hablar de la capacidad de replantear nuestro conocimiento y especialización funcional ante un mundo que cambia a gran velocidad. Tener esto en el radar, propone que como directivos vayamos más allá de estar alertas y en capacidad de gestionar el entorno, también nos debe llevar a tener que pensar en que con tanta volatilidad y cambios imprevistos, al paso del tiempo cuando nos demos cuenta, podríamos estar parados en un mundo diferente, para el que probablemente no estemos preparados…

El tema es que estos cambios no solo nos dejarán fuera de los territorios que conocíamos, sino que además, muchas o casi todas las cosas que sabíamos hacer, carecerán de sentido ahora. 

El efecto es real, ya que desde hace mucho tiempo ciertas profesiones se han modificado y en otros muchos casos, han prácticamente desaparecido. Basta pensar en que el trabajo de un almacén de materia prima de los años 70, requería de varias personas operándolo y de habilidades y técnicas de control especializadas, que ahora hace una sola persona con un láser en las manos.

En otro plano, hasta hace unos años estudiar programación era la mejor idea, por el promisorio futuro que representaba, en un mundo cada vez más acompañado por las computadoras y los sistemas para operar por ejemplo, en las empresas. Ahora sucede que hay sistemas capaces de programar a partir del uso avanzado de la inteligencia artificial y del aprendizaje automático. Si bien este tipo de actividades seguirá siendo trabajado en su mayoría por personas, es claro que saber programar irá perdiendo fuerza entre la lista de aptitudes que se requerirán de los colaboradores del área de sistemas en el futuro…

Lo que es de llamar la atención es que el salto entre el auge de las aptitudes de programación generada por personas, y la programación automatizada, ha tomado apenas 50 años, que son pocos, si vemos qué tan lento se daban muchos otros cambios en nuestra historia. 

Lo cierto es que no tendremos que esperar cincuenta años para ver grandes transformaciones en más actividades que hoy son motivo de especialización y que están a cargo de colegas humanos en las empresas. Los cambios se están dando ya y los vemos en la nueva oferta de estudios profesionales en las universidades, así como en las nuevas necesidades de las propias empresas. Lo interesante es que no sabemos por cuánto tiempo las antiguas y las nuevas especialidades estarán vigentes… 

Pero es ahí donde surge la pregunta clave: ¿en qué deberemos centrarnos para poder gestionar los cambios y con ello el mundo diferente en el que estaremos viviendo en unos cuántos años?

La pregunta puede ponernos ante un panorama nebuloso de incertidumbre, que sin duda se acentúa más en su ambigüedad, cuando pensamos en profesiones o en aptitudes específicas. Pues ese es entonces el primer cambio de paradigma que en Lemon tree vemos importante: tendremos que romper con la idea de seguir desarrollándonos con enfoque en la especialización. Esto porque mientras más especializada está una persona en un tema, menos flexibilidad tendrá para adoptar nuevos ramos de conocimiento y de aplicación; situación que posiblemente lo ponga en una encrucijada de la que no pueda salir avante.

Un segundo cambio en nuestros paradigmas, pensamos que implicará el hacer mejoras importantes en la forma en que las personas aprenden a hacer las cosas. Dicho de otra manera, el nuevo aprendizaje deberá tener algo parecido al famoso mensaje de las películas de Misión Imposible, en las que se hablaba de la autodestrucción en segundos. Por supuesto que ¡no proponemos ningún tipo de destrucción! y mucho menos ¡de personas! Pero sí pensamos en la capacidad de hacer que ciertos conocimientos especializados puedan ser dejados atrás con la mayor facilidad posible por las personas que trabajan en nuestras organizaciones. Este planteamiento propone tener que ganar habilidades para ser capaces de “olvidar” lo que creemos que sabemos, para darle espacio a la evolución y con ello al nuevo estado de las cosas.

Si lo ves con detenimiento coincidirás seguramente en que estamos hablando de impulsar el pensamiento adaptativo, de impulsar la aptitud de la flexibilidad, y de potenciar atributos como:

  • La capacidad de cambio
  • La aceptación honesta de aquello que no sabemos
  • La adaptabilidad
  • El pensamiento estratégico
  • La capacidad de reaprender

Atributos que funcionarán a manera de cimientos de nuestras nuevas formas de trabajar en las empresas; empresas que seguramente tendrán que aprender nuevas formas de operar ante cambios en planos tecnológicos, culturales, económicos y sociales; que si bien suenan a cambios tan grandes que “solo tendrían repercusiones para las grandes organizaciones globales”, en realidad tocan a todos los equipos de trabajo y personas de todo tipo y tamaño de empresa.

En Lemon tree pensamos que esta transformación moverá las cosas, incluso en la forma en que capacitamos internamente a nuestros colaboradores. Nosotros damos por sentado que tendremos que replantear la forma misma en que se hace la selección de personal, y la mecánica de consolidación que desarrollemos para la generación constante de un ambiente laboral con la mejor cultura organizacional en el ADN de las organizaciones.

Así, el cambio deberá entonces focalizarse en propiciar un entorno de trabajo en el que una de las principales aptitudes sea la que llamamos en la Firma: flexibilidad orgánica.

Realmente el concepto es simple, ya que por un lado resulta innecesario hablar más del sentido de la flexibilidad; y cuando hablamos de que sea orgánica, nos referimos a que deberá ser parte natural de un modo de ser de la persona, del equipo de trabajo y por ende de la Organización, de manera que al estar en ese ADN 360º, realmente sea parte de un estilo de trabajo habitual e incluso transparente pero activo, en y para todas las personas.

Esta flexibilidad puede trabajarse desde muchas perspectivas y a partir de sumar elementos que la fortalecen dentro de marcos organizacionales, y nosotros tenemos una apuesta sobre la que podrías desarrollar de mejor manera este grado de flexibilidad orgánica en tu empresa, a fin de consolidar ese atributo como un activo intangible que realmente es el que ha servido al ser humano al paso de la historia, y que ahora se vuelve indispensable por la velocidad a la que se mueven las cosas.

Nuestro planteamiento propone desarrollar aptitudes del equipo de colaboradores en 4 planos -que a muchas personas que nos conocen y nos siguen les resultarán familiares-

  • La gestión emocional
  • El reforzamiento a los vínculos 
  • El enfoque efectivo
  • La fuerza a la ejecución

¡Claro!, hablamos de ¡los 4 pilares del Liderazgo Orgánico!

No es coincidencia, lo que sucede es que de manera natural una persona Líder Orgánica, al vivir el proceso transformacional que plantea el programa de Lemon tree, logra consolidar también una profunda comprensión y aptitudes que lo llevan a potenciar su capacidad de flexibilidad orgánica.

Estos 4 pilares pueden ser una excelente estructura para situar las competencias y aptitudes que más contribuyan a consolidar la flexibilidad orgánica que se requiere ahora; el punto es que si trabajas tu mismo, y tu equipo en estos pilares, juntos estarán en mejores condiciones para poder hacer frente a entornos por venir. Considera esto:

  • Trabaja la Gestión Emocional; impulsando acciones para que el equipo vea las oportunidades que se vayan descubriendo, evitando el temor y fortaleciendo la actitud positiva y realista que lo hará más poderoso.

En este mismo plano de la gestión emocional será conveniente desarrollar competencias de inteligencia emocional. Es relevante también trabajar en fortalecer la autoconfianza en las personas, de tal forma que con creatividad y resiliencia, puedan convertir temas de ansiedad y estrés, en el llamado eustrés, que es el que conocemos como estrés positivo… el que sí nos ayuda.

  • Desarrolla los Vínculos en el equipo; a través de un fortalecimiento de valores como la lealtad y el respeto, ya que los lazos entre las personas serán los refuerzos más importantes en momentos de cambio y de incertidumbre. Buscar potenciar la capacidad empática y con ello el trabajo en equipo con mejor comunicación, será de gran valor para avanzar en los nuevos desafíos.
  • Procura el mayor nivel de Enfoque de las personas; de manera que aún ante planos inciertos del ambiente organizacional y de su entorno, el equipo conozca el objetivo vigente con la comprensión de que se requerirá de dinamismo y de agilidad para hacer cambios. Habilitar al equipo para asimilar mejor los cambios y para ser creativos ante nuevos escenarios, es una de los más valiosos aportes que podrás trasladar a tu equipo -siempre y cuándo tú seas congruente ante esta aptitud-. 

Un equipo con capacidad analítica y con habilidades formales de resolución de problemas, estará mejor habilitado para gestionar la dinámica de cambios y la necesidad de realinear objetivos y acciones.

  • Provoca la energía y Fuerza a la Ejecución en el equipo; con la idea de que esta potencia genere algo similar a una inercia de participación y de trabajo armónico en la idea de dar solución a nuevos desafíos. 

Impulsar a las personas del equipo a aprender acerca de más funciones en la empresa, a conocer de otros temas y formas de hacer las cosas, también les ayudará a ganar en la aptitud que se conoce como polivalencia organizacional. 

En este pilar será clave que apliques los 6 Key Drivers de la Motivación, de los que tanto hemos hablado en el Limonero; al hacerlo lograrás que personas movidas desde su interior, trabajen con mayor proactividad, adaptabilidad y que además, comprendan el valor de la disciplina y de la perseverancia; todo esto con conciencia del valor de la buena gestión del tiempo, ya que entenderán que deberán accionar pronto en su proceso transformacional, ya que con ello lograrán realmente esa flexibilidad que se requiere.

Yuval Noah Harari mencionaba recientemente algo que lleva a la reflexión sobre el valor de la flexibilidad en el conocimiento y en el desempeño humano, en un mundo de cambios cada vez más grandes y veloces. Decía algo más o menos así: -En el pasado, una vez que en una primera etapa se aprendían las aptitudes básicas, las personas pasaban a una segunda etapa de trabajo en la que solo era requerido ponerlas en práctica. Eso era todo. Pero ahora lo que aprendemos de jóvenes, rara vez funcionará en nuestra etapa adulta, y esta situación tiende a acentuarse cada vez más-.

Estas y otras reflexiones que seguramente has generado desde tu rol directivo y con los líderes gerenciales de tu Organización, se suman a la relevancia de prepararnos para nuevos desafíos. Digamos que tienen que ver con ser capaces de regrabar la cinta con la nueva música, a través de una aptitud natural para poder lograrlo.

En Lemon tree tenemos como consigna pensar en que los programas transformacionales y de capacitación, aporten aptitudes no solo para el quehacer del momento, sino que sirvan para preparar elementos de desarrollo y de potenciación de las personas y organizaciones para los siguientes años. Esto es algo que te ayudará considerar en tu propia Organización también.

LEMON TREE