Es muy probable que ya hayas escuchado el término Quit Quitting… o como podríamos llamarle en español “deserción silenciosa”; un concepto que plantea que una buena parte de las personas que colaboran en las organizaciones, están considerando limitar su participación en las tareas laborales, con la idea de alejarse de la cultura del trabajo excesivo, donde al parecer el trabajo es el motivo de la vida, y donde el “ponerse la camiseta” significaba entregar el alma y el cuerpo a la empresa.
El quit quitting, es algo que si bien siempre ha estado presente en el mundo laboral por años, ha tomado especial fuerza ahora que muchas personas han tenido la oportunidad de reflexionar sobre varios temas… Gran número de personas vieron en la pandemia de COVID, una reflexión sobre el enfoque de lo que para ellos realmente vale la pena. Otras más, reinterpretaron la forma y lugares para trabajar, de tal manera que no encuentran más justificaciones para pasar la mayor parte de sus días dentro de una oficina o en el tránsito para llegar a ellas cuando el teletrabajo presentó opciones muy interesantes, y es que las nuevas condiciones que ofrece el teletrabajo, llevaron a las personas a pensar más en el equilibrio personal y profesional. Los fenómenos económicos, de salud y muchas situaciones derivadas de ellos, han aumentado los casos de agotamiento y situaciones de incertidumbre, que si bien no son algo del todo nuevo para la sociedad global, están siendo vistos de manera distinta por parte de personas que ya no están tan dispuestas a hacer esfuerzos desmedidos y desgastantes. Hay que aceptarlo, cambió la cultura.
Esas personas que están replanteando su forma de vivir y de combinar el trabajo con sus necesidades propias, son las que ahora se dan a llamar quit quitters, y si bien hay que calibrar las posturas para lograr lo mejor del planteamiento que las mueve con lo que las Organizaciones buscan, el trabajo por lograrlo vale mucho la pena, ya que este es posiblemente un cambio que no tendrá marcha atrás, pero que si lo vemos de manera abierta e inteligente, puede traernos más beneficios que problemas…
Hay quienes ven a estas personas como irresponsables, insensibles, poco comprometidas, desconocedoras de lo que construye los grandes logros, etc… y en cierta medida es comprensible esta forma de ver a las personas quit quitters que están cambiando su percepción del trabajo; ya desde la participación de los millennials en nuestras empresas, se notaba un cambio en la forma de integrar a las personas al trabajo, y en la manera en que ellos veían los motivadores que para otros colaboradores de otras generaciones, eran muy apropiados; estas diferencias han respaldado temores y dudas sobre la forma en que se podrá trabajar con esta nueva tendencia de colaboración, pero si lo analizamos de fondo, el nuevo planteamiento no pide en lo general, nada que no debiera haber estado en los ambientes laborales siempre… y es que nunca debimos pensar que trabajar más, nos hacía más productivos… nunca fue tan cierto; no era necesario abandonar los planos personales, los emocionales, de gestión de vínculos y de comunicación más integral, a cambio de más horas de frente a un monitor de computadora o por muchas más horas laborales a veces sin sentido claro y sin enfoque; no teníamos que trabajar desde la falta de claridad que a veces está ahí en las empresas, y pensar que la manera de subsanar un mal proceso, la mala medición de desempeño, o las imprecisiones funcionales de un área, era con “entrega”, “compromiso”, “sudor”, “vocación a prueba de balas”.
La petición de fondo puede ser resignificada y muy bien aprovechada, para dar así, un gran paso a un estilo de trabajo mucho más efectivo, armónico, impulsor de la mejor versión de las personas, y sobre todo que logre que ellas, como siempre lo decimos en Lemon tree, Quieran, Puedan, Sepan cómo, y Disfruten lo que hacen!! Este es un buen momento para que la discusión que tanto se ve en las redes, y ahora en las mesas de especialistas de temas de gestión de talento y de desarrollo integral de equipos de colaboradores, pero sobre todo, nosotros, líderes y directivos de organizaciones, lo aprovechemos en beneficio de todos.
En el fondo las personas que se adhieren a este concepto, no siempre están abandonando la responsabilidad; es más probable que estén en la idea de armonizar su participación en planos laborales, profesionales y personales; y si como Organización nos preparamos para aprovechar este tipo de personas, ganaremos mucho más que cuando se buscan colaboradores entregados al trabajo, que laboran jornadas interminables (que no siempre eran proporcionalmente rentables), sin vida propia que muchas veces revela el desbalance en sus comportamientos, y que muchas veces terminan por ser afectadas por otro fenómeno que ha tomado el nombre de burnout.
Es claro que por definición no hay un estilo de trabajo mejor que el otro. Un quit quitter no define a una persona que siempre será más efectiva y mejor; tampoco podemos decir que las personas que entregaban horas y horas de trabajo y de presencia en su oficina fueran las más generadoras de resultados. Sabemos también que nuestra manera de hacer el management a veces nos lleva a trabajar de acuerdo a las condiciones y circunstancias que demanda el entorno. También sabemos que muchas decisiones se ven sesgadas por miedo gerencial y a veces por aspectos que tocan los terrenos del ego y de la creencia de que “nosotros como directivos sí sabemos cómo se debe trabajar en el futuro” e incluso podemos estar limitados por nuestro desconocimiento de cómo gestionar el talento de esta época. Por esto es que como directivos de las Organizaciones, tenemos que dar el paso más importante: definir lo que la Organización hará de modo eficiente y el tipo de personas que más favorezcan a esa visión. Siempre será mejor contribuir desde el diseño del trabajo, a que las personas se sientan realizadas, por la buena mezcla de factores que participan en sus vidas, sin perder de vista que sean las mismas personas quienes comprendan que si bien es bueno cuidar el balance de tiempo laboral y otros intereses de tono personal, para lograr mejoras en su desarrollo y en los beneficios de su trabajo, la construcción de su futuro estará siempre vinculada a su esfuerzo personal y a ser más responsables de sí mismos, creativos, inteligentes y colaborativos.
Pero entonces, ¿qué debemos hacer para lograr los mejores resultados?
Como colaboradores, necesitamos encontrar la manera inteligente de consolidar nuestra oferta de valor hacia las organizaciones en las que trabajamos. Así, pensar en cuidar nuestros tiempos personales, hacer solo lo que se nos pide y evitar el desgaste laboral, requerirá seguramente de:
- Concentrarnos en los aportes máximos que debemos entregar con el tiempo que dedicamos en nuestro trabajo.
- Ser muy creativos para lograr ser aún más productivos, efectivos y para plasmar la calidad que amerita cada actividad que está en nuestro rol.
- Eficientar la comunicación y las formas de trabajar en equipo, para que podamos fortalecer vínculos de efectividad donde todos ganen, y donde evitemos desgastes innecesarios.
- Comprender qué nos interesa mostrar de nuestras competencias individuales y cómo las aplicaremos en las actividades de nuestro rol, pero no solo eso, sino también el definir cómo haremos que competencias clave que nos interesa que la Organización vea en nosotros, puedan ser mostradas con el aporte y esfuerzo especial que cada uno de nosotros deba plasmar para lograrlo.
- Volvernos intrapreneurs en la Organización, será fundamental para lograr lo que queremos.
- No renunciar a la posibilidad de crecer. Crecer requiere de esfuerzos y los resultados sobresalientes requieren de acciones sobresalientes; así de claro.
Como directivos de la Organización tendremos que cuidar de aspectos clave…
- Tenemos que aprender a gestionar mejor a las personas. Conocerlas más, entender sus necesidades y sensibilizar la cultura organizacional de la empresa en ese sentido, siempre será necesario para mantener a tu Organización atractiva al el talento que hay en el entorno y dentro de ella misma.
- Deberemos saber habilitar más oportunidades de enfoque intrapreneur, especialmente cuando las estructuras organizacionales son más planas.
- Recordar que en el basquetbol se tiene una máxima interesante “usualmente el que más corre, no es el que mejor juega”. Saber eficientar los esfuerzos, mantener el foco, perfeccionar las prácticas, es más importante.
- Ser justos. Muchas empresas se incomodan cuando surgen nuevas tendencias porque son ellas las que no están preparadas para afrontarlas correctamente, e incluso son las propias empresas las que han propiciado desde mucho antes el efecto que podríamos llamar “quit attrition” o deterioro silencioso… que plantea un desgaste por ineficiencias de proceso, malos sueldos, burocracias, malos incentivos, poco reconocimiento, bajo nivel de management y liderazgo, mediciones poco claras, inexistencia de programas de desarrollo, imposibilitad de crecimiento, descuido al trato y al ambiente laboral, etc… muchas de las nuevas posturas tienen orígenes que no a todos les resultan cómodos de reconocer.
Por eso es que es fundamental armonizar la responsabilidad y la acción positiva de colaboradores y empresa, todos tenemos que poner de nuestra parte.
Hay muchas cosas que podemos hacer para potenciar los resultados con la combinación más efectiva en la participación de nuestros colaboradores, y aquí queremos destacar 8 que te ayudarán en tu plan directivo
- Revisa y afina el Modelo Funcional de tu Organización, y el sentido de aporte de cada rol.
- Genera con creatividad, formas más efectivas de realizar tareas que de otra forma, podrían tomar más tiempo de las personas. (El ingenio y la tecnología son clave para esto).
- Impulsa el talento y la colaboración que aporte valor. Conforma esquemas de desarrollo y carrera de las personas, a los que ellas puedan sumarse para que con su esfuerzos extra, crezcan y tengan mejores resultados.
- Premia la efectividad, el trabajo oportuno, la agilidad, el valor agregado (no solo el tiempo agregado), de manera que se consolide una cultura de aporte con el esfuerzo correcto.
- Aprecia el valor que aportan personas que tienen un estilo de vida más equilibrado. Aprovecha y multiplica en los demás la gestión de su salud emocional y mental, a favor del logro de objetivos al estar en las condiciones de hacer un trabajo más efectivo que intensivo.
- Cambia el paradigma que plantea que las personas que más horas trabajan, son las más productivas… Es posible que en realidad, el tiempo productivo sea de 3 a 4 horas; margen en el que como líderes tendremos, que buscar aprovechar el máximo aporte del equipo de colaboradores. Integra la cultura del sprint.
- No descuides la ventana de servicio propia del negocio o de la oferta de valor que da tu Organización a sus clientes o usuarios. Si bien es conveniente que el equipo trabaje las horas más convenientes con alta efectividad, tendremos que estar listos para resolver lo que nuestro entorno requiera.
- Impulsa la gestión de vínculos con respeto; fortalece la participación con entrega de las personas.
BY LEMON TREE