El Limonero

No es lo mismo decir, que hacer… ¿o sí? 

¿Te has preguntado qué tan importante resulta la forma en que transcurren las conversaciones y fluyen las informaciones dentro de tu Organización? El tema no es menor… es posible que hayas notado ambientes en los que se pueden evidenciar casos de ideas truncas, confusiones, participación limitada de personas que no se sienten cómodas comunicando lo que piensan, falta de foco en las ideas, conceptos e ideas distorsionadas, prejuicios, baja empatía, comunicación mínima necesaria, etc…
¿Te has preguntado qué tan importante resulta la forma en que transcurren las conversaciones y fluyen las informaciones dentro de tu Organización? El tema no es menor… es posible que hayas notado ambientes en los que se pueden evidenciar casos de ideas truncas, confusiones, participación limitada de personas que no se sienten cómodas comunicando lo que piensan, falta de foco en las ideas, conceptos e ideas distorsionadas, prejuicios, baja empatía, comunicación mínima necesaria, etc…

Aunque también seguro conoces (y esperamos sea el caso en tu equipo de trabajo) ejemplos en los que las conversaciones fluyen mucho mejor, alimentan, suman, posibilitan el que las personas se expresen de diversas maneras, parten de la idea de construir, dan la sensación de que están sustentadas en acuerdos de buena comunicación entre las personas…

Las diferencias entre estos ambientes son ¿cuestión de suerte? ¿El resultado de equipos de trabajo en los que las personas se llevan mejor o no? ¿Logros atribuibles al líder del equipo? o… ¿una posibilidad real que se construye, nutre y desarrolla?

La respuesta es clara: se puede lograr a través de un trabajo bien dirigido para establecer un lenguaje en la Organización. Así, lo que se logra es lo que por ejemplo en Lemon tree llamamos Leguaje Lemon, y que muchas organizaciones de nuestros Clientes han desarrollado también para interactuar de mejor manera y con una esencia especial. Sí. Hablamos del lenguaje que se crea en nuestros equipos de trabajo y que conforma parte de la cultura organizacional de nuestras empresas; lenguaje que matiza y armoniza las interacciones diversas de negocio entre colaboradores y clientes; lenguaje que ayuda a que pongamos especial cuidado y atención a lo que es significativo para el equipo, y en lo que le hace armonizar mejor la participación de cada persona.

En muchos casos el lenguaje es útil para darle un significado a lo que es relevante y a situar dónde ponemos la mirada e interés por las cosas. Algunos ejemplos sorprendentes del uso del lenguaje se encuentran en diversas palabras de la cultura japonesa. La palabra shinrinyoku que literalmente significa “baño de bosque” refiere a pasear por el bosque, hacer una inmersión en él y a sentirlo más allá de solo verlo, al oler, escuchar y tocar lo que hay en él. Wabi-sabi es otra palabra que en su caso evoca el concepto de la belleza que se puede encontrar dentro de lo imperfecto de la vida. Si lo ves, estas palabras fueron inventadas para darle relevancia a algo que está en un lugar especial dentro de la cultura del pueblo japonés; para poner la mirada en eso que les es relevante. Así funciona el lenguaje, para bien o para mal; nosotros lo decidimos. 

En este sentido vale una reflexión… nos preparamos en muchos temas como las finanzas, la administración, el uso de la tecnología, las nuevas tendencias, el marketing, la mejora de competencias diversas, pero damos por hecho que en todo momento nos podremos comunicar bien, cuando en realidad no siempre es así.

Solemos pensar que con poder escribir y hablar tenemos lo suficiente para gestionar nuestras tareas cotidianas y las profesionales con nuestros equipos de trabajo. La creencia viene de que en el día a día, “resolvemos” los requerimientos de comunicación necesarios para interactuar, o por lo menos eso pensamos. Esto nos lleva a dejar de lado, el perfeccionamiento de una herramienta que damos por sentado que la tenemos de manera natural.

Pero la buena noticia es que no solo ya contamos con esos recursos básicos, sino que ¡también podemos desarrollarlos! Podemos prepararnos y llevar a nuestros equipos de trabajo a mejorar en este plano tan importante de la comunicación.  En el fondo hablamos de un lenguaje que no solo propone mejorar en sus palabras, sino que integra y mejora otras formas comunicativas diversas y que al ser conocidas por el equipo, habilitan esa forma particular de interactuar.

El lenguaje es por excelencia, una enorme herramienta humana que nos ayudó desde los primeros momentos a congregarnos, a acompañarnos ante los desafíos y a coordinarnos para colaborar. La habilidad conversacional de las personas es desde los primeros habitantes humanos del planeta, la herramienta potenciadora que más desarrollo nos ha traído, y seguramente la que nos permitirá llegar más lejos si la seguimos desarrollando y aprovechando de la mejor forma. 

Este atributo humano del lenguaje nos da una capacidad enorme para superar desafíos en nuestras organizaciones, sobre todo si la alimentamos y la cuidamos, entre otras cosas al: 

  • Comprender la distinción entre hablar – conversar
  • Aprender a escuchar yendo más allá del efecto fisiológico de oír
  • Desarrollamos un mejor vocabulario (con palabras que transmitan mejor las ideas)
  • Fortalecemos nuestras competencias de expresión verbal y no verbal
  • Desarrollamos herramientas comunicativas (métodos, esquemas, diagramas, técnicas) ya el lenguaje al que nos referimos no solo va de palabras, sino de formas de comunicación
  • Cuidamos muy bien, cómo decimos las cosas, con tacto
  • Pensamos muy bien para qué usaremos las palabras: para construir o para destruir
  • Damos oportunidad a la comprensión de los significados y de las percepciones que tienen las demás personas sobre las ideas y situaciones que se viven
  • Aplicamos los tres filtros que proponen que nuestra comunicación cumpla con la veracidad, la bondad y la atención a una necesidad de alguien más

Cuando esta capacidad de uso más efectivo del lenguaje está desarrollada, prácticamente cualquier otra cosa que aprendamos y apliquemos, fluirá mejor. Tus ideas financieras, los planteamientos de un desarrollo tecnológico, la estrategia y táctica con la que abordará un desafío tu equipo, la retroalimentación que hagas a un colaborador, la presentación de tu proyecto, la argumentación de una venta o negociación, la generación de aliados para un emprendimiento, la invitación a ir más allá… todo eso, se fortalecerá a partir del lenguaje que utilices y de cómo lo uses. Un ejemplo de buen uso del lenguaje se puede ver incluso al vender un seguro de auto a una persona. Piensa en que más allá de cerrar la colocación de una póliza, un Agente puede lograr su objetivo al hacer su gestión con empatía, conectando lo que desea obtener el cliente (tranquilidad, protección) con beneficios de la cobertura del seguro narrados para dar esa confianza, para solucionar necesidades, clarificar ideas, para reforzar con palabras positivas y agradables la gran decisión del cliente por darle tranquilidad a su vida y a sus finanzas, y al hacerle sentir acompañamiento y el acierto al tomar las decisiones apropiadas elogiándolas con palabras honestas y cálidas.

Si lo ves, no hablamos de precios, no hablamos de las coberturas en sí, no hablamos de restricciones, lo que planteamos es que una persona pueda transmitir atributos emocionales, de claridad y por lo tanto de gran relevancia, al utilizar un lenguaje más apropiado y amplio.

Por eso es tan importante conformar un mejor lenguaje personal y por supuesto, un buen lenguaje organizacional en tu equipo y entre los colaboradores. En Lemon tree sabemos que el lenguaje en la Organización integra no solo las palabras por sí mismas, sino además un conjunto de herramientas y de metodologías especialmente enfocadas en fortalecer la armonización y la comunicación en equipos de trabajo y por supuesto del equipo con los clientes y prospectos de tu negocio. 

Ante todo esto, queda claro que prepararnos es clave. La idea es que hacer que ¡decir sea parte misma del hacer!

Nuestro lenguaje puede desarrollarse, y puede ser construido especialmente para atender diversas situaciones para las que debemos estar preparados… 

  • Impulsar un proyecto o idea
  • “Vender” algo; persuadir
  • Retroalimentar
  • Celebrar
  • Conmemorar
  • Compartir conocimiento
  • Informar situaciones desagradables o no afortunadas
  • Retroalimentar
  • Convocar a aportar y a dar opiniones
  • Arengar, incitar a las personas
  • Decir que no
  • Resolver conflictos
  • Ofrecer disculpas
  • Felicitar y reconocer
  • Informar algo de forma clara
  • Transmitir instrucciones precisas
  • Expresar sentimientos, emociones
  • Abrir una conversación
  • Dar una conferencia
  • Etc…

Si alguna de estas situaciones está en tu día a día, ya está ¡es fundamental que trabajes en mejorar el lenguaje y herramientas de expresión para ti y para tu Organización!

Te imaginas qué pasará en tu Organización y en tu equipo de trabajo si entre todos los participantes conforman un lenguaje propio que refuerce los valores, principios y propósitos…

Lo que es una realidad es que como muchas cosas que valen la pena, el proceso de construcción de ese lenguaje será gradual y no siempre tan rápido como quisiéramos que resultara. Implicará un grado relevante de paciencia que se entiende bien, cuando vemos que la adopción de lenguajes organizacionales es gradual, se sustenta en la voluntad y en los hábitos, no solo en el conocimiento; esto es más profundo… pero también es muy: 

  • Efectivo para consolidar el trabajo en equipo 
  • Conveniente para fortalecer una identidad entre las y los colaboradores
  • Importante para sustentar una mística de trabajo, que hace que las personas se sientan parte de un equipo
  • Útil para marcar una diferencia positiva de cara a los colaboradores, clientes y cultura organizacional de tu empresa

Si lo ves a fondo, esto sí que funciona… las mejores jugadas en el futbol se dan muchas veces entre jugadores que se comenta, “se leen la mente” entre ellos. Las mejores relaciones de pareja, están sustentadas en una capacidad de entendimiento que se basa en un lenguaje muy personal e íntimo entre las personas. Así, pensamos que las colaboraciones más efectivas en una organización, se dan cuando nos comprendemos, nos escuchamos, decimos las cosas de la mejor manera, construimos puentes, nos apoyamos, tenemos la claridad y paciencia para que todos comprendan lo que queremos y nos alertamos y retroalimentamos desde el espíritu de ayuda.

Hay diversas técnicas, herramientas y metodologías para construir tu propio lenguaje interno. Construir el lenguaje de tu Organización es uno de los aspectos más profundos y efectivos para impulsar al equipo, a la colaboración y a la superación de los desafíos. Ayudarte a ti y al equipo a transmitir de la mejor manera todo tipo de ideas en diversas situaciones que vivirán en el proceso de logro de objetivos, hará que todo fluya de mejor manera y les dará recursos a las personas para mostrar su más alto aporte y su mejor versión personal y profesional.

En Lemon te invitamos a que construyas ese lenguaje propio, que sitúe la esencia del equipo en sus pensamientos, conversaciones y acciones.

LEMON TREE