El Limonero

 Supervisión efectiva: o el arte de saber leer los indicios del éxito

Sea cual sea tu rol en la Organización, es casi seguro que tienes a tu cargo la supervisión de algunos aspectos del trabajo diario, y si bien esta actividad puede ser parte de una rutina habitual, en Lemon tree hemos podido observar que la tarea va mucho más allá de la validación de que, ciertos aspectos relevantes para lograr un objetivo determinado, estén listos y en buenas condiciones; el hecho es que es una actividad realmente poderosa que puede generar reacciones positivas y de gran valor en cualquier actividad si se gestiona bien y si se entiende de la manera más apropiada. Una buena supervisión es la provocadora de grandes logros.
Sea cual sea tu rol en la Organización, es casi seguro que tienes a tu cargo la supervisión de algunos aspectos del trabajo diario, y si bien esta actividad puede ser parte de una rutina habitual, en Lemon tree hemos podido observar que la tarea va mucho más allá de la validación de que, ciertos aspectos relevantes para lograr un objetivo determinado, estén listos y en buenas condiciones; el hecho es que es una actividad realmente poderosa que puede generar reacciones positivas y de gran valor en cualquier actividad si se gestiona bien y si se entiende de la manera más apropiada. Una buena supervisión es la provocadora de grandes logros.

El hecho es que también hay que considerar que una buena supervisión, inicia cuando se sabe bien qué observar, y también cuando se entiende y trabaja en lo que está detrás de lo que produce los resultados. Decimos esto porque al supervisar correctamente, se puede producir un fenómeno muy valioso, que se da primero por el simple hecho de estar atento en algo, ya que con ello se transmite una conciencia más alta a otras personas acerca de la  relevancia de la actividad misma; en segundo lugar, por reflejar lo importante que resulta la entrega y esmero de cada persona de cara a la realización cuidadosa de la tarea.

Algo más a tomar en cuenta es que buen supervisor de actividades usualmente desarrolla la habilidad para entender bien, ante qué síntomas o indicios está. Eso es por supuesto muy valioso porque si lo llevamos a la analogía de un corredor, siempre le resultará conveniente saber si el aumento en su temperatura corporal es debido a que tiene fiebre, o porque está listo para iniciar la carrera, después de algunos estiramientos y saltos de preparación.

En este ejemplo es bueno saber ver el termómetro -en la analogía hablamos de tener puntos de validación a supervisar-, pero también ayudará conocer qué aspectos están relacionados con lo que se debe cuidar -lo que provoca los comportamientos y resultados de las acciones-, para por un lado, poder ganar tranquilidad y por otro, para poder accionar de la mejor manera en cualquiera de los casos.

Desarrollar esta capacidad nos dejará interpretar lo que está sucediendo y con ello podremos tomar decisiones. Lo bueno es que en las organizaciones y especialmente en nuestros roles, solemos estar muy atentos a lo que nos interesa; conocemos las metas, sabemos qué debe lograrse para llegar al objetivo esperado, y ante eso, somos capaces de saber qué supervisar y qué debemos interpretar de lo que está en el entorno.

Sin embargo, si retomamos la idea del doble efecto de la supervisión, podemos notar que nos falta algo… sí, es conveniente saber bien qué es lo que está detrás de las cosas que nos interesan. 

Al analizar este aspecto, veremos que detrás de cada actividad hay personas… y dado eso, tenemos que contemplar no solo lo que hagan o lo que dejen de hacer, sino también lo que las mueve a hacerlo de tal o cual manera… esto sumado al grado de relevancia que tenga la tarea para ellos. Si lo hacemos, podremos pensar que nuestra supervisión realmente aportará a lograr los resultados, ya que tomará un tinte más de participación impulsora, que de vigilancia al cumplimiento de las tareas.

¿Cómo consideramos que se puede lograr este valioso efecto? pues es muy importante considerar que como persona a cargo de la supervisión de temas en tu Organización, será conveniente que sepas:

  • Impulsar al equipo. Deja de supervisar, mejor provoca que el equipo esté gustoso de ¡mostrarte su trabajo! -¡eso sí que es darle la vuelta a las cosas!- Para ello, será clave que te ganes su respeto, que perciban que tus recomendaciones son valiosas y que sepan que con ellas aprenden y son mejores en su actividad.
  • Cuidar de la forma en que haces la supervisión. Adopta un perfil profesional -formal- para agregar valor realmente a tu equipo de trabajo. Contempla en tu supervisión esto:
    • La trazabilidad. Llevar el tracking de tu seguimiento, plantea que hay una ruta que se busca recorrer para consolidar una mejora.
    • La constancia y continuidad. La disciplina en la supervisión transmite el grado de relevancia de la acción y de los resultados. 
    • La conciencia del avance. Saber en qué grado las personas y equipos mejoran es clave para poder reconocerlos y recompensarlos, pero también para ajustar las formas de trabajar.
    • La capacidad de reforzamiento de comportamientos. Toma en cuenta que realmente cualquier resultado que se espere, se dará a través de acciones y por ende de comportamientos. Una buena acción de supervisión busca que las personas realicen comportamientos impulsores, después de eso los resultados positivos llegan por sí mismos.
    • La personalización. Cuida del trato personalizado, ya que los equipos de trabajo requerirán de personas que quieran, puedan, sepan y disfruten de su actividad; situaciones que se desarrollan de manera personal y que se comparten y se potencian en equipo.
  • Saber qué competencias blandas (soft skills) debes desarrollar y aplicar, para que la supervisión sea realmente impulsora y persuasiva hacia la acción positiva. Recuerda siempre que todo va de personas, por lo que incluso trabajar en ti será de gran valor para que logres tu mayor talento en skills como la escucha y comunicación, la retroalimentación, la capacidad de obtener aprendizaje oportuno y por supuesto en la empatía.
  • Tener claro qué cuidar específicamente para que los resultados se den. En este sentido es fundamental tener claridad de los puntos que te dirán con qué cuentas y especialmente, qué hay que saber supervisar. En este último aspecto es muy importante que sepas principalmente: 
    • Acerca del estado emocional de las personas
    • Qué tanto los procesos, propician una orquestación armónica en el trabajo
    • Cuál está siendo la experiencia cliente externo e interno
    • Qué tan efectivo es el aporte de la tecnología y de la información con que se dispone
    • En qué nivel están las competencias del equipo supervisado
    • Qué grado de madurez tiene la disciplina operativa y los factores de productividad

Saber aplicar este comportamiento recomendado en la supervisión, hará que puedas incidir en grandes cambios y resultados, sabiendo que estos se lograrán casi siempre, después de adoptar mejores hábitos y de sumar costumbres positivas, con dinamismo y adaptabilidad en los equipos de trabajo. 

El potencial de tu equipo y de tu Organización crecerá en la medida en que tu supervisión llegue a mayores niveles de madurez.

LEMON TREE