El motivo es claro, ya que no hay que forzar mucho la vista para notar que frente a ti y a todas esas personas están:
- Retos de negocio,
- Tendencias que replantean los tiempos laborales,
- Elementos como la tecnología que inquietan a las personas al ver sus empleos en riesgo,
- Situaciones económicas desafiantes,
- Complejidad operativa en nuestras empresas y desgaste de las personas.
Sumado a esto, vivimos transformaciones de la época que nos sitúan ante la necesidad de replantear muchas cosas, como el hacer que nuestros equipos de trabajo estén:
- Mejor organizados,
- Armonizados en su accionar,
- Comunicados en lo importante,
- Mejor vinculados como personas,
- Motivados para seguir adelante.
En muchos casos estas condiciones son abordadas atinadamente desde el diseño y gestión de mejores estrategias integrales en la Organización; y también al integrar esquemas de incentivos mejorados, procesos operativos más efectivos, mejores tecnologías con una mejor analítica y un impulso a un mayor apalancamiento de la operación integral del negocio, y muchas medidas más.
Si bien estas acciones de mejora son fundamentales para que nuestra Organización gestione de mejor manera ese entorno desafiante, es común ver que los resultados no son los esperados, pero entonces ¿qué es lo que está fallando?… ¿La tecnología?, ¿Las estrategias?, ¿Los esquemas de incentivos?, ¿Los procesos?, ¿La capacitación de las personas?, ¿Los controles?, ¿Las acciones de negocio como las ventas, el back office o la cobranza?…
La pregunta se vuelve incluso más difícil de resolver cuando algunas organizaciones han trabajado duro en que todos esos elementos y recursos, hayan sido integrados mediante metodologías y esquemas de orquestación en un plano 360º bien definido… y es que se podría entender que empresas que no han hecho el trabajo de esta manera, pudieran tener la respuesta a la vista: “no trabajaron de manera sistémica y si bien integraron elementos de valor, no se estructuró un modelo estratégico, funcional y tecnológico correctamente”; pero y las que lo han trabajado mejor, ¿porqué a veces tienen resultados menores con respecto a los que esperaban?
Hay una parte importante de la respuesta, en la filosofía misma de lo que hace que una Organización se mueva o funcione de la mejor manera. La respuesta es clara y está en la gente. Sí, pero no en cualquier aspecto de “la gente”.
Para ser más precisos en encontrar ese aspecto, podemos pensar en:
… personas que tienen el conocimiento adecuado para hacer su trabajo;
… colaboradores que pasan muchas horas dando su mejor esfuerzo;
… equipos de trabajo que se reúnen con una frecuencia razonable para tocar temas clave;
… gente con ideas, imaginación, intuición, y talento;
¿No sería esto suficiente para que el aporte de las personas fuera maravilloso?
Pues la realidad es que falta algo muy importante, que es un atributo muy humano y que genera fuentes de energía en las personas, y claridad en ellas sobre lo que hay que hacer, de manera tal que cuando se da, se logran las más altas expectativas.
El aspecto al que nos referimos toca la capacidad de las personas para soñar, para visualizarse en mejores lugares, con logros más altos y con más claridad de los propósitos. Hablamos de nuestra capacidad de comunicar historias potenciadoras.
Visualiza estos ejemplos:
Una colaboradora del equipo de marketing que le hace ver a la Dirección que invertir en la campaña que propone, hará lo necesario para que los clientes potenciales descubran los diferenciales valiosos de la marca.
Un vendedor, que hace que sus prospectos visualicen la solución de un problema y el sentimiento de satisfacción, al narrar una historia de una manera invitante, emocionante y que los lleva a la acción.
Un asesor de cobranza, que logra que el Cliente deudor suba de prioridad el compromiso de pago, al sentirse frente a una posibilidad de retomar la tranquilidad y de ahorrarse dinero, mediante la escucha de una narrativa que le hace ver ese futuro.
Una Directora de Administración que plantea a la empresa, los beneficios que todos tendremos al adoptar las nuevas políticas, en una narrativa que pone los ahorros y eficiencias operativas que se generarán como parte de los factores de éxito que nos traerán beneficios a todos.
Un diseñador de funcionalidades en tu sistema ERP, que narra la forma en que la engorrosa mecánica de trabajar con el sistema anterior, se ve superada con facilidades especiales en una nueva versión que pronto podrán disfrutar los usuarios.
Sí. ¡Ya viste de qué hablamos!… de Storytelling.
Después de todo es simple. Las empresas que han entendido el gran aporte que da el que todo el equipo mejore sus competencias narrativas de ideas y de información, pueden notar que las acciones en torno a los procesos, la tecnología, las acciones de negocio, los pasos de servicio, la generación de ideas, el pensamiento estratégico, los procesos de desarrollo de competencias, el uso de las métricas e indicadores, y muchas cosas más, funcionan mejor simplemente cuando ¡están mejor comunicadas!
Por eso es que es tan conveniente pensar en el storytelling como el mejor lubricante entre las piezas del engranaje organizacional y funcional, por el simple hecho de que logra que:
- Se trasmitan mejor las ideas,
- Las personas quieran oírlas,
- Se lleve a las personas a generar emociones al momento en que reciben información,
Al lograr anclajes motivacionales asociados a los propósitos y los objetivos. Es por eso que es cada vez más importante que los niveles Directivos empiecen a mejorar ya, su capacidad de narración de historias.
El hecho es que siempre estamos exponiendo ideas, planes, metas… y si estas dejan de ser “planas”, aburridas, sin conexión con una narrativa más envolvente, sin toques emocionales apropiados, pasaremos de tener un equipo informado y comunicado en el sentido básico del término, a lograr algo maravilloso: personas que entienden el porqué, el para qué y que pueden volverse creativas, con compromiso y deseo de logro.
Lo mejor es que esta capacidad de ser una persona con dotes de storyteller no es restrictiva de líderes y por ende de niveles directivos. El que también las personas del resto del equipo en todos los niveles aprendan a narrar sus ideas, será de gran valor para la interacción de todos y de la empresa con sus clientes.
La magia ocurre cuando se integran habilidades de storytelling y se incide en las emociones; ya que se hace sentir algo al público, se puede llevar la mente de las personas de un lugar a otro, y se obtiene con ello un mensaje convincente y sobre todo persuasivo.
De ahí que saber las técnicas es muy importante.
En Lemon tree te recomendamos trabajar en los dos aspectos que conforman este concepto, de manera que fortalezcas el componente STORY – referente al mensaje -; para adicionalmente abonar al componente TELLER – que hace conexión con la idea del buen narrador -.
Para que puedas mejorar el poder del mensaje toma en cuenta estos 4 aspectos:
- Define qué quieres que provoque tu mensaje. Qué debe detonar en la mente y corazón de los demás, lo que expondrás.
- Trabaja en la presentación de las ideas. Por ejemplo:
- Si quieres vender algo, emociona, convence, integra los llamados call to action;
- Si lo que harás es hablar del desempeño de un proceso o acción de negocio, contempla aspectos como: qué servirá para tomar buenas decisiones, cuál es el estado de las cosas. Qué alertas y oportunidades hay que considerar.
- Si comunicarás planteamientos para la solución de problemas, ilustra correctamente las situaciones, asegura claridad de significados, precisa acciones clave y lleva a todos a conocer el panorama de un estado posterior a la resolución del problema.
Asegúrate de resaltar en todos los casos, aquella información que quieras que perdure…
- Establece una narrativa que transite por una descripción del Antes, Durante y de lo que deberá pasar Después de tu mensaje.
- Integra omnicanalidad y multimedia a tu mensaje. La estimulación de los sentidos es usualmente más poderosa que la sola entrega de conceptos.
En cuanto a trabajar el poder del Expositor considera 3 cosas principalmente:
- Fortalece tus competencias de exposición al habilitar más vocabulario, al tener un desempeño más histriónico, sumando creatividad a la presentación del mensaje y al practicar cuidando tu lenguaje corporal
- Asegúrate de cumplir con esto:
- Querer: al pensar porqué te ayudará aprender y hacerlo.
- Saber: al conocer y aplicar de buena manera las técnicas y exponer lo que tú conoces.
- Poder: al mostrar tu capacidad, saber que entregas valor a las personas.
- Disfrutar: al pensar que tú eres parte del mensaje y de la forma misma, pero también eres alguien que puede disfrutar la acción de presentación.
- Define una “escalera de desarrollo” con metas que gradualmente vayan exigiéndote a ti mismo, el ritmo evolutivo que quieres llevar.
Estamos inmersos en un hábitat organizacional plagado de información, de tecnología, de desafíos, de objetivos y de restricciones. Tenemos más canales de comunicación, inteligencia artificial, sistemas expertos, herramientas que reemplazan nuestra participación tradicional, pero lo mejor es que también tenemos la capacidad humana de conversar y de generar empatía, de persuadir con anhelos de logro a nuestros colegas, de impulsar que las cosas sucedan mediante vínculos con emociones, calidez y afecto integrados a las ideas que queremos proponer.
En Lemontree pensamos que la capacidad de storytelling, junto con el Pensamiento Estratégico y el Liderazgo Orgánico, es lo que aportará la capacidad transformadora que se requiere. Siempre desde la energía de personas que se conectan con los Valores, los relatos y la emoción que transmitimos entre personas; ¡Qué mejor energía podríamos obtener para hacer que las cosas sucedan!
LEMON TREE